A primera vista parecen trampantojos de letras, de alfabetos o signos de algún país extranjero, como aquellos donde utilizan textos para decorar paredes, techos o fachadas, que a ojos de quien desconoce lo que representan, no son más que figuras, formas de una estética y ejecución admirables o al menos figuras curiosas. Mis trazos inconscientes crean dibujos involuntarios a través de una escritura automática cuyo código desconocemos, por tanto solo podemos percibir su información mediante la estética de su composición formal gráfica y la evocación de un contenido espiritual, como si se tratara de otra cultura o de otro mundo: el propio interior, o alguno desconocido. Trabajo buscando estimular la percepción individual de cada espectador, apelando a la lectura de un lenguaje sensitivo, que se interpreta desde la sensibilidad propia de cada uno, estableciendo diálogos intersubjetivos. Esta obra que es de dimensiones variables y tanto como varían sus posibles significados, puede variar su montaje. Al ser formas abiertas, proporcionan amplias posibilidades de ubicación en el espacio, siendo muy adaptables a cualquier tipo de zona expositiva, su formato permite diferentes juegos compositivos en el espacio, abriendo diferentes posibilidades, incluso la de mimetizarse con el espacio o esconderse (como se esconde en mi subconsciente).